Prof. Leonardo
Díaz. Astrólogo Metafísico
Los astros transitan y te influyen de forma dinámica o fluida, pero serán tus energías positivas o negativas las que reaccionarán. Eres un talismán positivo o negativo racionando en un mar de energías celestes externas sobre tu mundo interno. Quien eres realmente de hace reaccionar a la influencia celeste, haciéndote merecedor de tu destino, este es el karma.
El cielo más negativo puede influénciate, pero si tu sonido interno es luminoso y de elevada vibración, tus reacciones desde la luz, generarán luz, lo superior transforma lo inferior. La zona luminosa donde reina el Alma desde su plano, la triada superior, cuya luz desciende hasta sus vehículos o cuerpos de manifestación, se encuentra por encima del cuaternario inferior.
El Universo es Unidad, y el Alma permanece en esta unidad, conectada con los astros que transitan el cielo, pero desde su dimensión espiritual superior, donde tienen su Alma los Logos planetarios. En los infinitos universos todo es Vida y Consciencia multidimensional.
Si el cielo más favorable toca con sus influencias benéficas las cuerdas de tu arpa interior, y si estas están desafinadas, sus feos sonidos, por afinidad, te sintonizarán con vibraciones semejantes, llevándote de su mano hasta personas y escenarios que tu interior invoca, la energía atrae y crea. Se trata de vibraciones, ecuaciones, configuraciones geométricas invisibles, campos de tu energía personal que buscan materia donde manifestarse y las encontrarán por afinidad, por Ley de atracción.
Lo que llevas en tu interior se convierte en destino cuando el cielo lo activa. Las semillas buenas germinan bajo la lluvia, las malas también, la lluvia no es la responsable de la mala simiente, los astros tampoco.
Nunca culpes a los astros, la Ley Universal no puede ser burlada. Las semillas que llevamos en nuestra alforja, contienen las claves del destino, las de manzanas darán manzanas, la de cizaña, cizaña. Se trata de Causa-Efecto-Karma, condición que la Vida en su movimiento transformará y trasmutará, a través del dolor y el despertar de la Consciencia. Esta última puede alcanzarse voluntariamente.
Los Astrólogos, no solo levantamos mapas del cielo de cada día para indicar los climas astrales a los navegantes de la vida que nos consultan. Los Astrólogos damos consejos espirituales a los navegantes, orientación para que el Alma Capitana de cada barca, tome el control y comande desde sus zonas luminosas, fuente del verdadero libre albedrío. Ningún barco capitaneado por un egregor astral reactivo puede llegar a buen puerto.
Lo astrólogos sabemos que ningún astro es negativo por naturaleza Divina, que es la naturaleza humana negativa la que expresa negativamente sus influencias.
La influencia del Sol se manifiesta como vida, espíritu, luz y Chispa Divina, que en cada signo expresa lo más bello y hermoso de su arquetipo, las negatividades atribuidas a cada signo no pertenecen ni al Sol, ni al signo, pertenecen al estado astral de cada nativo dado su estado de consciencia, su nivel de evolución.
La influencia de la Luna se manifiesta como nutrición, emoción, sentimiento, amor maternal, fecundidad, familia e imaginación, no es capricho ni histeria.
La influencia de Mercurio como mente, palabra, verbo y comunicación, pero no es indiscreción, chisme, mentira, ni pensamiento negativo.
La influencia de Marte como independencia, defensa y valentía, pero no violenta ni cruel.
La de Venus como amor, equilibro y plasmación, pero no posesividad ni vanidad.
Júpiter como optimismo, idealismo, exploración, expansión y aspiración, pero no atropella no avasalla a su paso, ni desborda, ni inflama exageradamente, no es fanático.
Urano influye sobe los cambio necesarios, el despertar de la consciencia dormida, la fraternidad y la originalidad pero no es un loco rebelde sin causa, ni excéntrico ni anárquico, ni individualista.
La influencia de Neptuno eleva y disuelve las falsas fronteras del yo, captando sueños y creando magia, pero no es escapista ni drogadicto.
Podemos conocer los estados de cada cielo, pero debemos saber que estos cielos se reflejarán en nosotros, en nuestras aguas astrales y cuerpo mental, según el estado de nuestro mundo interno. Si las aguas son transparentes y tranquilas, el cielo reflejará su perfección y armonía, si en cambio, se encuentran agitadas y turbias, todo se mostrará distorsionado, turbio y negativo. El cielo no es culpable de nuestras respuestas. Algunos astrólogos, ignorando del mundo espiritual, han satanizado a ciertos planetas, signos y aspectos planetarios, pero esto no es cierto.
Las oposiciones planetarias en positivo se traducen en plena consciencia e integración, las cuadraturas en positivo se traducen en movimiento y actividad creadora. Los trígonos en dharma y oportunidades y las conjunciones en potencialidades y fortalezas. En esencia, el cielo nunca es inarmónico, solo creativo, dinámico y fluido. Las ruedas giran impulsando la evolución, la inercia en la materia que se resiste es la fuente de todos los males. El AMOR DE DIOS nos lleva de su mano. Su cielo es el Vientre donde su creación sucede de instante en instante.
Por todo lo expuesto es que la Astrología Metafísica, conocida también como Astrología Espiritual, propone la espiritualidad como camino de sanación y la visión positiva de la vida y el destino.
FLUYAMOS CON LAS ENERGIAS QUE DEL CIELO RECIBIMOS, VIVAMOS
EN POSITIVO… ESPEREMOS LO MEJORO Y LO MEJOR SUCEDERÁ.
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